Me encanta el caer de las hojas…no lo puedo evitar.
Yo soy mucho más de verano, no lo niego, me gusta el calor y andar con poca ropa, pero reconozco que el otoño es una de mis estaciones favoritas: hace frío pero no demasiado, hay setas, los frutos secos están listos, y los árboles mudan sus hojas y con ellas comienza todo un desfile de color en la calle que va del verde al marrón pasando por tonos anaranjados que llenan todo el suelo de un brillo y una luz especial.
Hace un mes entré en una nueva tienda de manualidades de mi barrio a por pintura (las Peponas chupan mucho…) y me quedé fascinada con un cuadro que lucía en la pared y que casualidad de la vida se vendió dos días después…El cuadro en cuestión estaba lleno de relieves y texturas, como cuando acaricias el tronco de un árbol rugoso, y los colores eran muy otoñales.
María, una de las propietarias, viendo que lo miraba me dijo: está hecho con levadura y pasta. Yo me quedé un rato pensando y le dije: Eso lo puedo yo poner sobre tela?? Sí, claro…Ah, y enseñas tú la técnica? Sí. Ah, y cuándo puedo empezar?……
Total que ni corta ni perezosa me apunté a clases de pintura, algo que llevaba toda la vida queriendo hacer y que hasta ahora no había hecho.
El primer día me dijo que cogiera lo que se me ocurriera del campo: palos, piedras… y yo ni corta ni perezosa recogí todo lo que me sugería mi mente creativa: hojas de varios árboles, cáscaras de castaña, castañas, piñas de arizónica, bayas de varios árboles, semillas de chirimoya, aceitunas secas, corteza de árbol…

Elegí el tamaño del lienzo, hice una primera composición de lo que iba a ser el cuadro.

Poco a poco fui retirando lo puesto para dar paso a la pasta y a la levadura (ésta reacciona con la humedad creando relieves muy chulos) y pegando encima lo que había elegido para la composición final.


Luego vino el pintar y el barnizar….y cuatro días más tarde…tachán!! mi cuadro acabado.

Lo más divertido es que cuando el resto de alumnas vieron mi cuadro se pusieron como locas a hacer cosas parecidas y ahora el taller está lleno de composiciones otoñales a destajo jjj.
Lo más importante: Además de manipular en todo momento las pinturas con guantes es llevar el pelo bien recogido, se me ocurrió apartar la melena con la mano…y me lo llené de levadura…y dueleeeeeee
Ahora lo estoy intentando con bastidores y me está encantando el resultado…pero eso os lo cuento en otra entradita 😉